21 de maig 2009

Clay Davis




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¡Tiene bigotes el periódico!

Scott Templeton


1. Veo con desmoralización que el periódico no insiste en la vía de los alias, que es lo primero que adquiere un delincuente que se precie. Don Álvaro Pérez sigue llamado (de corrido) El Bigotes. Pero don Francisco Camps, ay, don Francisco Camps sigue siendo don Francisco Camps y no El Curita. Hace mal el periódico: o todos o ninguno. Incluido ese Luis el Cabrón, que aún no se sabe bien quién es, lo que no resulta extraño, dado el alias. La falta de atrevimiento del periódico (y ya no digamos de su competencia) a llamar a Camps con todas las letras delincuenciales (El Curita), revela la inmoralidad de tratar a alguien —informativamente— bajo su alias. Y confirma que el periodismo debe escribirse con las palabras comunes de los ciudadanos, y no de ninguno de sus gremios, sean polis o ladrones.

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Alias

Freamon


Francisco Camps no es el Curita. Como quedó demostrado el otro día a la salida del juzgado bajo el palio de banderas, Francisco Camps es el Clay Davis de la raça valenciana.

Se lo hago notar por que lo veo a usted muy preocupado por la corrección periodística de los alias, por la paridad de metáforas y esas cosas de la corrección estilística.

Otra cosa, ciertamente bien otra: si el editorial del mundo de hoy es la pura realidad de Camps Davis, ni me quiero imaginar lo que será la verdad que se esconde, como siempre, tras la ficción. Lástima que el periodismo de investigación del mundo por dentro se acabase el día que, pasados los G.A.L., a Pedro J. le dio por descubrir la presunción de inocencia.

En fin, que a los locos jueces les da por hurgar cohechos, y a
ustedes todo lo que se les ocurre es proclamar que el periodismo no puede hurgar los hechos y debe limitarse a transcribir (y dar por buena) la versión del honorable imputado. Periodismo de declaraciones, creo que lo llamaba un tal Arcadi Espada, útimamente muy preocupado por los alias.

En fin, señor, no intente cohecharme con su cinismo, que seré lector, pero tampoco tonto.


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Humo

Sydnor


Señor Espada, seré más benévolo que mi compañero Freamon. Releo el post de sus bigotes y me fijo en que usted dice que el alias "es lo primero que adquiere un delincuente que se precie". Entiendo, por tanto, que considera que quitarle el alias a Clay Davis no es sólo un agravio comparativo con El Bigotes, sino que además significa que se le limpian los posibles indicios delictivos a aquel que se mantiene con su honorable y don nombre. O sea, que no elude usted la polémica criminal, sino que, de hecho, parece que está incluso molesto con que su periódico no ensucie el nombre de Camps con su mote. Pero si es así, si en el fondo esa es su queja, ¿por qué la esconde sibilinamente tras un discurso sobre los alias y el estilo periodístico? Es normal que al señor Álvaro Pérez (nombre desconocido para todo el mundo excepto algunos miembros de la cúpula del PP) se le llame por su alias (los bigotes ya conocidos por todo el mundo que lee periódicos) y es normal que a Clay Davis se le llame, en cambio, Francisco Camps (porque todo el mundo que lee periódicos ya conocía por ese nombre al presidente de la Generalitat valenciana). Su disquisición es de estilo bastante ridículo. Una cortina de humo para decir entre líneas lo que no se atreve a decir a viva voz en el periódico en el que escribe: que Clay Davis no le parece trigo limpio y le molesta que en su casa se le mime tanto.

O sea, que quiere opinar usted sobre posibles delincuentes sin conocer los hechos (como todo el mundo) y se tiene que contentar con morder con bozal la mano que le da de comer (como el resto del mundo). En fin, que es usted de los más normal y corriente, así que no se me desmoralice.

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